El papel del ATV en la eutanasia de un animal de compañía
A todas las personas que tenemos animales ancianos o con enfermedades graves, nos ha llegado el momento de plantearnos el final de su vida, es decir, la eutanasia.
Pero, ¿qué entendemos por eutanasia? ¿Qué papel nos concierne a los auxiliares de veterinaria?
La eutanasia se define como una acción que acelera la muerte de un paciente con la intención de evitar su sufrimiento; este concepto está asociado a una muerte sin sufrimiento físico.
Como vemos, el acto clínico de la eutanasia es bastante complejo porque tenemos una lucha entre el lado sentimental, ya que queremos a nuestros animales, y el sentido de la vida, dado que nunca estamos preparados para tomar una decisión difícil.
Nuestro papel como auxiliares de veterinaria consiste en ayudar a los propietarios a comprender la situación como algo natural, ver esta medida como un acto clínico necesario que aporta la tranquilidad de una muerte digna y sin sufrimiento.
Tenemos que hacer ver al cliente que no es un fracaso sino una alternativa más, que nos demuestra el cariño y afecto que le tiene. Incluso elogiarlos como un triunfo y un signo de valentía nos ayudará a calmar y consolar al propietario, ya que dar este paso no es una tarea fácil. Para muchos propietarios su mascota es uno de sus seres más queridos. Hemos de empatizar con él, reconociendo lo duro de la situación y teniendo cuidado, por supuesto, al dar nuestra opinión. Hablar en un tono suave y amigable nos acercará a nuestro cliente.
Tenemos que hacer ver al cliente que la eutanasia no es un fracaso sino una alternativa más que demuestra el cariño y afecto que se le tiene a la mascota.
Asegurarnos de que el propietario ha comprendido el diagnóstico por el cual se ha llegado a esta situación es otra de nuestras tareas, así como intentar responder, de la manera que nos sea posible, a todas sus dudas.
Ser claros, concisos y seguros en nuestras explicaciones nos ayudará a una mejor comprensión y posterior agradecimiento del cliente. También debemos informarnos sobre los deseos del propietario una vez finalizado el acto de la eutanasia, como puede ser llevarse el collar, la cartilla, etc., así como facilitarle la información sobre las distintas opciones que tiene para el tratamiento del cuerpo.
Esta es una profesión en la que el esfuerzo y la dedicación del día a día te enseñan a lidiar con animales y personas. Un buen trato con el propietario nos asegurara una armonía y una tranquilidad a la hora de trabajar con este, por eso recomiendo tener siempre una buena relación para poder tratar temas tan delicados como el acto de la eutanasia.
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Articulo de Carolina G. Blanco publicado en la revista ATVs.
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